El porqué de las cosas de las mochilas, los aumentos y las vacas no opinan

27.07.2025
Esta semana, mientras el termómetro político se volvía a romper (otra vez), pasaron dos cosas: una que grita y otra que susurra. Lo que grita: el cruce entre el ministro Alfredo Fratti y el senador Pedro Bordaberry. Lo que susurra: un aumento del 3% para los jubilados. Dividido en cuotas, como si fuera una promoción del supermercado.

Empecemos por lo que grita.

Pedro Bordaberry dijo que Fratti, al suspender la exportación de ganado en pie, favorecía a los grandes capitales de la industria frigorífica. Traducción libre: "estás jugando para los poderosos". Fratti, que no es de los que se quedan callados (ni aunque le avisen que se viene tormenta), le respondió con una frase que ya se volvió titular: "Cada uno carga la mochila con la que viene". Una forma elegante de decir: mirá de dónde venís vos antes de hablar de los demás.

Y ahí empezó el coro de críticas. Desde la oposición, pero también desde el propio Frente Amplio. Algunos dijeron que los dichos habían sido "muy fuertes". Fratti no reculó ni medio paso: dijo que lo suyo no fue ni mentira ni ataque personal, sino un hecho. Y que lo que realmente le molestó fue que lo acusaran —sin pruebas— de estar detrás de algún negociado. Ahí no hay ironía, hay bronca real. Lo dejó claro: "Me están acusando de algo feo que no estoy dispuesto a soportar."

Todo esto mientras el Frente Amplio discute si hay consenso para seguir y los colorados redescubren el valor de la familia como escudo político. Y en el medio de ese fuego cruzado, alguien dijo: "Che, ¿y los jubilados?".

Porque sí, entre tanta declaración encendida, se anunció que habrá un aumento del 3% en las pasividades. Eso sí: en dos cuotas. Un 2% retroactivo a julio, que llegará junto a la jubilación de setiembre, y otro 1%… ¡en julio del año que viene! Una épica de bolsillo, si se quiere. O el eterno arte nacional de estirar lo poco hasta que parezca suficiente.

La noticia pasó casi desapercibida. Nadie se peleó por eso en Twitter. No hubo rueda de prensa. Ningún dirigente se ofendió. Es que los jubilados, como las vacas, no opinan en cámaras. Cobran. Cargan su mochila —que sí, pesa— y siguen.

Y así va la cosa: los políticos se cruzan con nombre y apellido, mientras los de abajo cuentan las monedas para el super. A algunos les ofende una frase, a otros les ofende llegar al 20 con el mate lavado.

Por eso esta semana, el porqué de las cosas pasa por ahí: por las mochilas, por las vacas, y por un aumento que viene tarde, poco y en cuotas.

Pues asi estan las cosas, amigos, y se las hemos narrado.

Por: Kevin Martinez
Por: Kevin Martinez

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