Gobernar o declarar: el dilema del nuevo intendente

25.05.2025

Cuando la banda es judicial y los ladrillo, prueba material.

En Soriano, la política se construyen con cemento... y expedientes. Guillermo Besozzi, intendente electo, llega al cargo envuelto no en promesas, sino en causas judiciales. Una historia de presunta corrupción, votos comprados con materiales públicos y una democracia que, esta vez, parece tener mezcla pronta.


Hay quienes asumen cargos con una banda en el pecho. Otros, con una carpeta judicial bajo el brazo. Guillermo Besozzi, intendente electo de Soriano, parece estar haciendo historia: se perfila para tomar posesión con más causas que promesas de campaña.

La Justicia acaba de confirmar su imputación por varios delitos en una investigación por maniobras ilegales dentro de la comuna sorianense. Según informaron El Observador y Montevideo Portal, y fue confirmado por su abogado Juan Fagúndez, Besozzi estaría involucrado —en principio, claro— en una de esas pequeñas travesuras institucionales que en Uruguay llamamos "gestión".

Pero el folclore no termina ahí. La causa, liderada por la fiscal Stella Alciaturi, ya arrastra más de veinte imputaciones. Un casting amplio que incluye jerarcas, funcionarios y hasta sindicalistas. Todos unidos bajo una sola bandera: la sospecha de robo de materiales de la Intendencia y su presunto uso para "comprar votos". Dicen que la democracia se construye con ladrillos… bueno, en Soriano al parecer literalmente.

El caso da para guion de serie: una red de corrupción interna, insumos públicos desviados, votos conquistados a fuerza de bolsas de portland y chapas. Casi que dan ganas de preguntar: ¿al menos pintaban bien las paredes?

Y en el centro de la escena, Besozzi. Con cara de "yo no fui", pero con la Fiscalía apuntando. Fagúndez —un clásico del prime time judicial— defiende a su cliente con esa pericia zen que caracteriza al abogado de políticos uruguayos: "conductas ilícitas en principio". Porque en este país, en principio todo está permitido hasta que un fallo diga lo contrario. Y aún así, veremos.

Soriano no es el único departamento con líos, pero sí uno donde la frontera entre política y delito parece haberse vuelto puramente simbólica. Y en tiempos donde la gente reclama transparencia, parece que algunos entendieron "transparente" como "invisible": sobre todo cuando se trata de la línea que separa el servicio público del saqueo.

Así que mientras la Justicia sigue indagando y los fiscales hacen equilibrio entre los expedientes y la presión política, Besozzi se prepara para gobernar. ¿Desde la Intendencia o desde el banquillo? Difícil saber. Lo único seguro es que en Soriano, las urnas no sólo dan votos: también entregan pruebas.

Pues así están las cosas, amigos, y se las hemos narrado.

Por: Kevin Martinez
Por: Kevin Martinez


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