Mujeres

20.04.2025

Recordamos a las escritoras que desafiaron la literatura.

A lo largo de la historia, la literatura ha sido un arte liderado por los hombres. La perspectiva

femenina fue bastante silenciada pero encontraron formas de infiltrarse en la cultura,

desafiando normas, esquivando prejuicios y, en algunos casos, publicando en el anonimato.

Sin embargo, algunas lograron lo impensado: no solo escribieron, sino que transformaron la

narrativa de su tiempo y dejaron una huella en la literatura universal.

En 1818, una joven de apenas 20 años sacudió el mundo literario con una historia que

parecía imposible para su época: Frankenstein. Mary Shelley no solo dio vida a uno de los

monstruos más icónicos de la cultura, sino que, sin saberlo, sentó las bases de la ciencia

ficción.

Jane Austen se centró en narrar la realidad del matrimonio en la sociedad británica. Con

una pluma afilada y una ironía punzante, Austen escribió sobre el amor, la ambición y la

hipocresía en novelas que desafiaban las convenciones de su tiempo. Se apropió de la

ironía como arma en un mundo de hombres y alzó su voz ante la sociedad patriarcal.

Las tres hermanas Brontë lograron lo imposible: publicar en un mundo que les cerraba las

puertas. Charlotte, Emily y Anne firmaron sus primeras obras con seudónimos masculinos,

conscientes de que sus palabras serían juzgadas antes por su género que por su talento.

Emily Brontë, con Cumbres borrascosas, entregó una de las novelas más intensas y

apasionadas del siglo XIX. Charlotte, con Jane Eyre, creó una protagonista cuya fuerza e

independencia resonaban en una época donde la sumisión era la norma. Y Anne, a menudo

olvidada, desafió las convenciones con La inquilina de Wildfell Hall.

Virginia Woolf exploró la mente humana y las convicciones sociales de la época moderna.

Con una prosa revolucionaria, Woolf introdujo el monólogo interior y el flujo de conciencia

en novelas que desafiaron la narrativa tradicional.

Su obra más influyente es Una habitación propia, un ensayo feminista. En él, Woolf planteó

una verdad incómoda: para que una mujer escriba, necesita independencia económica y un

espacio propio.

Estas escritoras son algunas de las que se atrevieron a romper barreras, reescribir reglas y abrieron caminos para las escritoras que vinieron después .

Por: Natalia Galmes
Por: Natalia Galmes


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