¿Acepta usted a este libertario? Crónica de un divorcio entre egos gigantes

08.06.2025

Hubo un tiempo en que Donald Trump y Elon Musk parecían hechos el uno para el otro: millonarios, disruptivos (según ellos), amantes del caos y de los tuits con faltas de ortografía. Pero como en toda relación basada en intereses y algoritmos, llegó el día en que uno dijo "ya no te reconozco"… y el otro respondió con un meme.

Así se terminó el breve romance político entre el Presidente y el libertario. Una historia de traiciones, reproches públicos y declaraciones tan infladas como sus egos.

Trump: "Elon es un traidor, no confíen en él"

La frase, que podría estar en una placa de Crónica TV, la lanzó Trump con la furia de quien siente que perdió a su mascota más obediente. Fue en uno de sus actos de campaña, donde aseguró que Musk "vino rogando por subsidios, y ahora se hace el independiente".

Un clásico: primero te invitan a la fiesta, después te acusan de haberte comido toda la torta.

Musk responde: "No soy de nadie. Y menos de vos."

Elon, como todo buen libertario con complejo de rockstar, no tardó en responder. No con un comunicado, claro, sino con un tuit. Una carita pensante, una imagen de Trump vestido de emperador romano y la frase: "El futuro no se construye mirando al retrovisor". El equivalente tecnológico a decirle "sos mi ex".

En su cruzada por la libertad (que curiosamente implica comprar redes sociales y banear periodistas), Musk ahora coquetea con candidatos "alternativos", esos que prometen romper el sistema mientras invierten en criptomonedas desde un iPhone.

¿Qué está en juego? Nada menos que el alma del conservadurismo digital.

Ambos representan dos caras del mismo fenómeno: el del millonario que cree que ser excéntrico es sinónimo de ser brillante. Trump, con su eterno mensaje de "volver a hacer grande a América" (aunque nunca explique cuándo fue grande). Musk, con su obsesión por colonizar Marte, regular el tráfico de memes y rediseñar el mundo desde un Tesla.

Se pelean por quién representa "el verdadero cambio", mientras los ciudadanos se preguntan si alguno recuerda cuánto cuesta un litro de leche.

Final con bouquet de drama

En un universo paralelo, esta pelea habría terminado con un apretón de manos y una conferencia conjunta en Mar-a-Lago. Pero no. Acá todo se resuelve con insultos en mayúscula y comunicados que parecen redactados por un algoritmo con resaca.

Mientras tanto, los votantes asisten al espectáculo como quien mira una boda que se cancela en vivo. Sólo queda una pregunta:

¿Acepta usted a este libertario… o prefiere volver con el narcisista que ya conoce?

Así están las cosas amigos y se las hemos narrado.

Por: Kevin Martinez
Por: Kevin Martinez


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